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noticias de la Provincia de SANTA FE: Cómo hacer del diálogo una cultura (El Litoral)

31.7.05

Cómo hacer del diálogo una cultura (El Litoral)

La Mesa de Diálogo hizo público su trabajo. Una concepción de la persona humana como ser trascendente, la promoción de la democracia como estilo de vida y forma de gobierno, y el pluralismo ideológico, en un marco de respeto mutuo, base filosófica de la Mesa.


Apenas inaugurado el siglo y en plena crisis económica surgió en Buenos Aires la Mesa de Diálogo Argentino que integró, entre otras instituciones, la Iglesia Católica. Con el objetivo de "crear un ámbito de encuentro desde la diversidad y el respeto", en diciembre de 2004 el arzobispo de Santa Fe Mons. José María Arancedo convocó, junto con los presidentes de la Federación de Iglesias Evangélicas y de la Daia a la Mesa de Diálogo Santafesino. A la invitación respondieron la Municipalidad santafesina, Asociación Conciencia, las universidades Nacional del Litoral, Tecnológica Nacional- Regional Santa Fe y la Católica de Santa Fe, Pastoral Social y Consejo de Laicos de la Arquidiócesis de Santa Fe, Unión Industrial de Santa Fe y Asociación de Dirigentes de Empresas.

Esta mañana y tras cinco meses de trabajo en reuniones semanales, representantes de las instituciones dieron a conocer una "declaración de principios", ni más ni menos que un documento en el que describen su diagnóstico de la situación de la ciudad, sus objetivos y la metodología, siempre sobre la base de cuatro palabras claves: "Fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que veíamos en la ciudad". Así lo explicó Arancedo, quien presidió la conferencia de prensa en la sede del Arzobispado.

Junto a él participaron el pastor José Faienza, en representación de las Iglesias Evangélicas; Eduardo Duschkin, por la Daia; el Arq. Humberto Terrizano -quien participó de una etapa de la Mesa de Diálogo Argentino- el rector de la UCSF Pbro. Gerardo Galetto; el rector de la UNL Mario Barletta; Daniel Oblán, por la UISF; y por Conciencia su presidenta, María Teresa Pandolfo y Felicitas Costa de Musacchio e Inés Valdéz.

Fortalezas y debilidades
"Aspiramos a un humanismo integral y solidario", sintetizó Arancedo antes de comenzar a leer el documento que compendia las principales ideas del grupo que, en adelante, se propone "realizar consultas y estudios". Para ello invitará a "personas e instituciones relevantes del quehacer político, social, cultural y gremial" con el fin de intercambiar puntos de vista sobre el momento actual y tratar de elaborar, en forma conjunta, propuestas concretas. La familia, la educación y la cultura del trabajo son considerados los principales valores que la ciudad tiene que recuperar. Así coincidieron los integrantes de la Mesa, que en todo momento destacaron el valor ecuménico de su composición.

Precisamente, el documento es un texto de consenso en el cual las entidades que participan coincidieron en rescatar como potencialidades de la ciudad "su ubicación estratégica en la región, ser capital de una provincia rica en recursos y la presencia de universidades y organismos científicos tecnológicos". A estas condiciones sumaron que "todavía se vive en dimensiones `humanas' y se percibe aún el sentido de la solidaridad y amistad, generosidad en el tiempo y deseos de superación cuando se tienen incentivos". Entre las preocupaciones comunes marcaron "la progresiva pérdida de las bases de sustentación económica que se refleja tanto en el aumento de la desocupación y subocupación, como en la dificultad para generar proyectos que definan un marco de trabajo y de inclusión social". También suman la "creciente disgregación social y familiar y, en otro plano, la violencia y la inseguridad". Y apuntan en su diagnóstico "una cierta indiferencia ante la exigencia de valores morales y éticos, dificultad para aceptar límites constructivos y una tendencia entre las instituciones a trabajar individualmente, tornando difícil el trabajo mancomunado y en redes".

Recuperar la autoestima
Por todo ello, el objetivo de la Mesa de Diálogo es "tomar conciencia de la responsabilidad social en la vida comunitaria, despertar el sentido de pertenencia y autoestima ciudadana y hacer del diálogo un instrumento y una cultura nueva, que permita superar enfrentamientos, madurar la confianza y transformar la esperanza en acciones". Así también, "visualizar temas inherentes a la calidad de vida comunitaria y afrontar el desafío de la exclusión apostando a la educación y a la cultura del trabajo". Y el apartado destinado a los objetivos concluye en que "resulta imperioso tomar en todos los casos, conciencia de los derechos pero con las correspondientes responsabilidades cívicas".

Todas las voces
"Más que proponer, queremos testimoniar un diálogo que ya estamos realizando", sintetizó Mons. José María Arancedo en la presentación del documento común logrado por la Mesa de Diálogo y dejó paso al resto de los participantes para que expongan su propia experiencia.
Entonces, Eduardo Duschkein (DAIA) destacó "el honor que significó para cada una de las instituciones que fueron convocadas, lograr este espacio que revitalice una herramienta fundamental como es el diálogo entre los distintos sectores". Mario Barletta (UNL) consideró "oportuna" la convocatoria por "la urgencia que tiene Santa Fe en orden a recuperar gran parte de lo que en alguna vez apareció como un lugar digno para vivir". A la vez que destacó el enorme capital académico y científico de la ciudad.

Por su parte Teresa Pandolfo (Conciencia) recordó que la institución que representa fue, a nivel nacional, fundadora del Diálogo Argentino, y consideró que la ciudad de Santa Fe "tiene que recuperar valores como la familia, la educación y la cultura de trabajo". En tanto, Daniel Oblan (Cámara de Comercio Exterior) reconoció que el escenario actual no es el mismo que en 2001 y que esta situación de "cierta calma" permite pensar en el futuro, al tiempo que consideró "inédito" este encuentro entre las las comunidades que representan a la fe cristiana y judía.
José Faienza (Iglesias Evangélicas) señaló que la intención es "no resignarse a aceptar la crisis", ponderó el "capital moral, intelectual y espiritual que van a permitir lograr una mejor sociedad" y destacó la coincidencia del grupo en la descapitalización social que hay que revertir.
Por último Gerardo Galetto (UCSF), que cada semana ofició de anfitrión en los encuentros de la "mesa chica" insistió en que el diálogo tiene que convertirse en una cultura y no sólo en una herramienta para salir de la coyuntura. "No es poco estar de acuerdo en el documento que se presenta", concluyó.

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