La educación en el cierre de Aapresid (El Ciudadano)

Con un profundo debate, que excedió largamente el marco de la producción agraria y se convirtió en un hecho cultural, cerró ayer en el auditorio de la Bolsa de Comercio de Rosario el XIII Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), transformado ya en un clásico entre los encuentros que tienen por sede a la ciudad.Con la presencia de 1.850 asistentes, desde el martes especialistas de máximo nivel analizaron numerosos temas vinculados a la producción, pero el encuentro fue un diálogo de ideas, a partir del mismo lema del congreso que se refería a “un cambio de paradigmas”. El congreso fue considerado por los organizadores como “muy exitoso” y fue igual la opinión de quienes asistieron.En la tarde el amplio salón del edificio de calle Paraguay de la Bolsa de Comercio sirvió de escenario para el debate entre los filósofos Alejandro Rozitchner y Juan José Sebrelli; el ex vicepresidente de la Nación, Carlos Chacho Alvarez; el fundador y ex presidente de Aapresid, Víctor Trucco; el máximo productor de soja de la Argentina, Gustavo Grobocopatel y en el tramo final, el ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus.Entre las múltiples ideas que se lanzaron al debate, Gustavo Grobocopatel planteó que “el desafío era como llenar el mundo de empresas transnacionales argentinas. Se habla de 2, 3, 5 empresarios, pero por qué no lograr 300” que transformen sus empresas en transnacionales. Sostuvo que hay que “aprender, aprender y aprender” y la cuestión de la educación como nudo central fue uno de los ejes del debate. El ministro Filmus resaltó la importancia que adquirieron las escuelas “cuando los maestros debieron trabajar como asistentes sociales”, en los picos de la crisis más reciente del país. Fue tajante Filmus al precisar que “sin educación no hay democracia, no hay pluralismo”.Por su parte, Chacho Álvarez consideró a los productores nucleados en Aapresid como un “nuevo modelo” y lo diferenció de la “casta oligárquica” con la que se representaba al productor agropecuario. Los calificó como “artífices de un país que puede ser una potencia en el mundo, en el tema alimentos”. Alejandro Rozitchner acuñó un nuevo término, “nuevología”, y disparó una serie de puntos para el debate, entre ellos que “todo está creciendo siempre” o que “la crisis aparece cuando algo quiere vivir más allá del tiempo que le corresponde”. También marcó entre eso ítems que “lo nuevo está detrás de la crítica” y que “lo nuevo es la vida posible”.